Cuando después de bastante tiempo ha vuelto a encontrarse con un conocido no ha podido evitar esa sinceridad que quisiera salir completa de sus propias entrañas para que al cesar las palabras vuelva la zozobra a su espíritu que las dejó escapar. Cómo mantener esa fuerza se preguntaba nuestro amigo.

Uno tiene por naturaleza  gran necesidad de expresar lo que siente, sin embargo no consigue encontrar nada verdaderamente fiel a su espíritu que pueda plasmarlo, con las palabras a veces encuentra consuelo y autoengaño.

Queremos arrancarnos el miedo, vencerlo: pero nació con nosotros.

Es evidente que te gusta el orden, pero dime como sujetar  ese espiritu que quiere desbordar lo establecido. Por qué tanta desazón por ese arranque espontaneo de sinceridad.

Nuestra corta vida pasa demasiado deprisa, me sorprende no haber escrito ni una sola palabra desde el mes de Agosto; como pude decir o escribir - es igual - cuando no existen objetivos, en realidad siempre permanece el fundamental, que no es otro que continuar, aunque por ahora lo sea esperando. Un fuerte abrazo para todo aquel que sigue buscando sin queja alguna.

Cuando se pierden los objetivos, hay que resistir los impulsos autodestructivos que azotan al alma, solo queda aprovechar algun resquicio por el que pueda entrar alguna brisa de paz.

Me pregunto si en lo que me queda podré lograr escribir algo que me resulte al menos tan placentero como lo que he leído de tantos otros; que pueda volver a esas palabras sin repulsa alguna  y sí con toda la satisfacción que posee aquello provisto de significado. Aunque no tenga que ser necesariamente el único sentido de mi vida, sí es tal vez, algo que ni tan siquiera saberlo de forma consciente a lo que mi ser aspira. Parece como si dispusiera de algún termómetro oculto por el que se midiera tan solo aquello provisto de cierto fundamento.

Pasó otra Semana Santa. Mientras no se tiene nada que decir, parece que la vida  nos pasa de largo con mayor rapidez, aunque desde luego no es algo demostrable.

Esto pretendía ser un blog de Filosofía, pero posiblemente me gane el empeño de seguir escribiendo de mi mismo. Porqué no haber seguido haciéndolo en el cuaderno. Tal vez por vanidad. Por mucho que cambie el escenario no me quiero engañar, es poco probable que me abandone la convicción de que  aquello que consiga sacar fuera  por algún que otro impulso nunca será  fiel al deseo y aparezca la desazón de costumbre.

Buscando Preguntas

¿Podremos encontrar algún día la causa de estar aquí? Por mucho que uno quiera desprenderse de tan radical cuestión, con más o menos frecuencia durante nuestra  existencia hemos de planteárnoslo. Como tantos, yo también pregunto, aunque a sabiendas del peligro que acecha: la nada.

Mientras más intenso sea el sentimiento más difícil le resulta encontrar su forma.
Oscar wilde